Un problema que tenemos muchos es la falta de un espacio dedicado a la pintura.
Cuando veo los estudios/talleres o como quiera que llamen a su sitio para pintar algunos pintores me corroe la envidia. Grandes mesas, estanterías llenas de botes de pinturas de más tonalidades de las que el ojo humano puede distinguir, herramientas, pinceles… pero sobre todo: Espacio.
Yo no puedo decir lo mismo, no tengo un sitio que pueda dedicar a pintar, un lugar donde pueda dejar las miniaturas expuestas mientras las termino. No tengo más remedio que recoger todos los bártulos cada vez que termino, con lo que muchas veces tardo más en colocar y recoger que en la pintura en sí.
Por eso siempre me han llamado la atención las mesas de pintura, o más propiamente bandejas de pintura ya que te permiten tener un pequeño taller de pintura móvil fácil de recoger y que apenas estorba.
Por ello me decidí a adquirir una y tengo que decir que estoy encantado con la experiencia.
Es una bandeja de pintura hecha en MDF de 3 mm cortado por láser (Me encanta el olor a madera quemada que desprende el MDF) que viene en varias piezas que hay que montar usando adhesivo para madera (Cola blanca es lo mejor)






De cara a elegir una bandeja de pintura es importante fijarse en los huecos porta pintura que tenga si es que los tiene. En mi caso cogí una en la que pueden usarse botes de Vallejo/Andrea/Army Painter porque son las pinturas que uso. Quien use pinturas de Citadel o Tamiya o la marca que sea deberá buscar una que se le adapte.
Me han agradado mucho los huecos que tiene para los pinceles. Dispone de unos huecos mayores que los demás y que permiten su uso con pinceles de mango realmente grueso o de formas extrañas. Yo he metido unos con mango triangular de Army Painter sin ningún problema.
Ahora ya me estoy quedando sin excusas para no pintar.